Las termitas son muchas y diversas, algunas viven en el suelo y otras en el interior de la madera. Sólo algunas de ellas se consideran plaga pero su capacidad destructiva es inmensa. ¿En qué se diferencian y cómo podemos reconocer su presencia?  

 

Termitas  

Se conocen más de 2.000 especies de termitas, de las cuales sólo un pequeño porcentaje genera problemas de plagas. La inmensa mayoría de estos laboriosos insectos sociales cumplen una importante tarea en bosques y otros ecosistemas al contribuir en la descomposición de la madera en sus componentes fundamentales.

Sin embargo, algunas especies pueden ser muy perjudiciales para el ser humano cuando devoran la madera u otros elementos con celulosa, como aglomerados o papel, que forman parte de elementos estructurales o decorativos en edificios y patrimonio cultural. 

Son insectos difíciles de detectar, de modo que normalmente su presencia solo se percibe cuando la infestación está avanzada y los daños se hacen evidentes.

Se diferencian dos grandes grupos: las que viven en el suelo y las que viven dentro de la madera. En España tenemos las “termitas de la madera” Kalotermes spp.Cryptotermes spp. y las “subterráneas” Reticulotermes spp (R. grassei , R. banyulensis y  Reticulitermes flavipes en Canarias). Cada una de las cuales presenta singularidades en su biología, hábitats, prevención y control. 

Conocer la diferencia entre ellas y los indicios comunes de su presencia, puede ayudar a prevenir daños mayores. En caso de sospecha, lo más recomendable es contactar con profesionales cualificados y especializados en el control de termitas.

Termitas subterráneas

Las termitas subterráneas son las más comunes en las infestaciones de edificios en cascos urbanos, donde pueden afectar a un gran número de viviendas.

Construyen sus termiteros en la tierra, que pueden alcanzar grandes dimensiones y albergar colonias de millones de individuos. Se desplazan con facilidad haciendo túneles, por los que avanzan en busca de alimento para la colonia que vive bajo el suelo: la celulosa que encuentran en maderas, papel, aglomerados, etc. 

Son sensibles a la desecación por la luz del sol o el aire exterior y necesitan una fuente de humedad para poder sobrevivir, por lo que normalmente se mantienen en la tierra en sus nidos y construyen tuneles para desplazarse, en los que se mantiene un ambiente lo suficientemente húmedo para poder sobrevivir. Por esto,  la mayoría de los casos de daños por termitas subterráneas ocurren en entornos en que la madera estructural o decorativa está expuesta a altos niveles de humedad. 

Los túneles que construyen para llegar hasta las fuentes de alimento es uno de los indicios clave para detectar su presencia. Las termitas subterráneas los construyen con una mezcla de tierra, heces, madera y saliva, tienen un color marrón oscuro y se pueden encontrar, por ejemplo, en los cimientos de los edificios por donde las termitas acceden desde el suelo, en las juntas del piso o en las paredes dentro del edificio. No obstante no hay que excluir totalmente la posibilidad de una infestación en ausencia de túneles, ya que estos insectos podrian también acceder a los edificios si estos presentan grietas.

 

Otro indicio claro de presencia de termitas son los daños que producen. Las termitas subterráneas consumen la madera blanda, de dentro hacia fuera, dejando una capa superficial. La madera afectada presenta daños característicos: deslaminado con lesiones y huecos, la madera parece arrugada y con ondulaciones en la pintura, bajo la cual en estadios avanzados toda la madera está consumida. La madera en este estado en sumamente frágil y si la golpeamos suena a hueco.

 

Otra forma posible de detectarlas es durante la enjambrazón, que es una salida masiva de termitas aladas que se produce entre marzo y junio en la época de reproducción. Su aspecto es parecido al de las hormigas aladas pero las podemos diferenciar por dos características: a diferencia de hormigas, las termitas aladas pierden las alas muy rápidamente y sus dos pares de alas son del mismo tamaño, aproximadamente el doble del cuerpo de la termita.

Asi pues, si la madera suena a hueco, el rodapiés se rompe al barrer, las puertas o ventanas no cierran bien, hallamos túneles de barro o avistamos una nube de insectos en primavera, es posible que tengamos problemas con las termitas subterráneas.

Termitas de la madera

A las termitas de la madera, entre las que se diferencian las termitas de madera seca y húmeda, les gusta construir sus nidos, mucho menores que las de las termitas subterráneas, dentro mismo de este material.

Las termitas de madera húmeda hacen sus nidos dentro de madera que tiene un grado de humedad elevado, por encima del 20%. Se alimentan de madera o troncos en descomposición, cepas viejas y trozos de madera enterrada. Pueden afectar al arbolado urbano y en ocasiones pueden pasar a alimentarse de estructuras sanas de edificios expuestas a un grado de humedad elevado, como marcos de ventanas o aleros. Sus colonias pueden llegar a alcanzar los 4000 individuos.

En cambio, las termitas de la madera seca tienen la capacidad de sobrevivir largos períodos de sequedad dentro de madera seca, dura o blanda, y pueden anidar en todo tipo de muebles, puertas, ventanas, etc., donde forman pequeños termiteros de 1000 a 1500 termitas. 

Para detectarlas no deberemos buscar túneles como en el caso de las termitas subterráneas, sino la presencia de montoncitos de material fecal en forma de pequeños gránulos o pellets junto a un mueble o una estructura de madera.  Al contrario que las termitas subterráneas que aprovechan sus excrementos para formar túneles, las termitas de la madera se deshacen de sus heces, en forma de gránulos, haciendo un pequeño agujero hacia el exterior de la madera, expulsándolas fuera y tapando luego el agujero.


Foto: Carlos Pradera  desinsectador.com

La presencia de alados se produce en estas termitas principalmente en otoño, entre los meses de septiembre a noviembre, 

Cómo distinguirlas de la carcoma

Termitas y carcomas son insectos totalmente diferentes pero ambas provocan daños en la madera y es importante saber diferenciar los indicios de la presencia de unas u otras.

Las carcomas son larvas de varias especies de coleópteros que perforan la madera, normalmente seca, en la que construyen galerias produciendo un polvo fino o serrín característico, que se diferencia de los pellets fecales, más gruesos, expelidos por las termitas de la madera. Además, hemos visto que las termitas de la madera sellan los agujeros después de sacar sus excrementos al exterior, mientras que la carcoma deja agujeros redondos u ovalados en la madera.

 

También son característicos los sonidos que producen las carcomas al perforar la madera, mientras que las termitas son silenciosas mientras se alimentan.

 

Fuente: www.madrid.es UTCV-Salud Ambiental, 

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